
lunes, 17 de mayo de 2010
Maria en la vida del seminario

¿Por qué hacemos imágenes de la Virgen?

Por tanto el realizar imágenes de la Virgen María no es más que para recordarnos como es, recordar su amor y su protección. La imagen, ya sea en foto, estampita o bulto, “no es la Virgen María”, si no que representa una realidad superior.
Pongamos de ejemplo una fotografía de una persona querida, papa, mama, hermano, amigo, de quien sea, esa foto no es un papa, ni mama ni amigo, si no que, al verla, me recuerda a esa persona en especial y me despierta los sentimientos mismos que expreso al estar a su lado, tal es así que tendemos a apretar la foto, que al final no es mas que un pedazo de papel, a nuestro pecho, como si le estuviéramos dando un abrazo.
Advocaciones de María

Es así que tenemos muchas advocaciones Marianas, como lo pueden ser la de Fátima, la de Lourdes, la del Rosario, la de Atocha, la de Guadalupe, la del Inmaculado Corazón de María, la del Perpetuo Socoro, o nuestra Señora de las Victorias, nuestra Señora del Bueno Suceso.
miércoles, 12 de mayo de 2010
¿Quien es Maria?

Del Evangelio se desprende que María era humilde y pura; que era decidida y valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no entendía y de reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era servicial y caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca y sincera; que era leal y fiel. María es, como mujer, un modelo para las mujeres. Es también para los hombres el tipo ideal de mujer.
¿Nuevo Dogma?
"María Corredentora, Mediadora y Abogada".
Cuando se habla de María Corredentora, mediadora y abogada, es importante saber que sin duda se trata de verdades reconocidas por la Iglesia como doctrina. Entonces este debate, entre Católicos, no debería cuestionar la doctrina sino mas bien analizar si debería el Santo Padre proclamarlas dogmáticamente.
Muchos cardenales y obispos apoyan públicamente al movimiento vox populi que promueve este dogma.
Cuando se habla de María como Corredentora, Mediadora de todas las gracias y Abogada (que sería el título completo), significa que, aunque todos estamos invitados a participar como mediadores en la distribución de las gracias salvíficas ganadas por Cristo, la de María fue una participación excepcional, por encima de cualquier otra, misteriosa y sobrenaturalmente fructífera y eficaz, e incluso posiblemente necesaria para la Salvación. Según esta doctrina, María, a través de su «fiat» voluntario y libre y de todas sus obras, se convierte en la mediadora de todas las gracias que vienen al mundo. Es decir, que su acto hizo que nuestra redención fuera posible. A diferencia de todos nosotros, que solamente podemos cooperar en la distribución de las gracias redentoras, María cooperó también en su adquisición. En palabras de Juan Pablo II, «La colaboración de los cristianos en la salvación tiene lugar después de lo acontecido en el Calvario. María, en cambio, cooperó en el evento mismo; de esta forma, su cooperación abarca la totalidad de la obra salvífica de Cristo. Solamente ella estuvo asociada de esta manera con el sacrificio redentor que mereció la salvación de la humanidad, como la nueva Eva asociada del nuevo Adán». Según Jean Galot, S.J., reconocido teólogo de Roma, «María fue rescatada únicamente por Cristo, para que toda la humanidad fuera rescatada por Cristo con la colaboración de su Madre...».
martes, 11 de mayo de 2010
La Asuncion de Maria

Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus:
"Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo".
La importancia de la Asunción para nosotros, hombres y mujeres de comienzos del Tercer Milenio de la Era Cristiana, radica en la relación que hay entre la Resurrección de Cristo y la nuestra. La presencia de María, mujer de nuestra raza, ser humano como nosotros, quien se halla en cuerpo y alma ya glorificada en el Cielo, es eso: una anticipación de nuestra propia resurrección.
El misterio de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo nos invita a hacer una pausa en la agitada vida que llevamos para reflexionar sobre el sentido de nuestra vida aquí en la tierra, sobre nuestro fin último: la Vida Eterna, junto con la Santísima Trinidad, la Santísima Virgen María y los Angeles y Santos del Cielo. El saber que María ya está en el Cielo gloriosa en cuerpo y alma, como se nos ha prometido a aquéllos que hagamos la Voluntad de Dios, nos renueva la esperanza en nuestra futura inmortalidad y felicidad perfecta para siempre.
La Inmaculada Concepcion

"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de todo mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelado por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles ... " Pío IX, bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de (1854)
La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana. María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir, María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús, quien, claro está, también fue concebido sin pecado.
María es un signo anticipado: de limpieza, de belleza, de santidad, de perfección, de plenitud, de vida nueva, de victoria pascual. Es un anticipo del ideal humano, del proyecto que Dios había soñado para el hombre. Un modelo, por lo tanto, para cada persona humana, para cada creyente, para la Iglesia, para la humanidad. Lo que tanto soñamos y deseamos es posible, en María se ha realizado ya.
viernes, 7 de mayo de 2010
La Virginidad Perpetua de Maria

El concilio de Constantinopla II (553) introduce la referencia de la virginidad perpetua de María: “Tomó carne de la gloriosa Theotokos y siempre virgen María”. El Papa Martín I convoca en el concilio de Letran (649) donde en el tercer canon del concilio se afirma en forma dogmática la perpetua virginidad de María: “Si alguno no confiesa, según los santos padres, que la santa y siempre virgen e inmaculada María sea en sentido propio y según verdad madre de Dios, en cuanto propiamente y verdaderamente ha concebido del Espíritu Santo, sin semen, y ha dado a luz, sin corrupción, permaneciendo aún después del parto su indisoluble virginidad, al mismo Dios Verbo, nacido del Padre antes de todos los siglos, sea anatema”.
Este concilio aunque no fue ecuménico, de toda la Iglesia, sin embargo después el Papa Martín I envió cartas a todas las iglesias de Oriente y Occidente, para que todos los fieles cristianos aceptasen estas verdades piadosas de la recta doctrina. Es considerado por lo tanto como un dogma mariano para la Iglesia universal.
La virginidad de Santa María puede entenderse en un triple sentido:
Virginidad de mente, es decir, un constante propósito de virginidad, evitando todo aquello que repugna a la perfecta castidad. Este es el llamado aspecto espiritual o de entrega total a Dios.
Virginidad de sentidos, o sea, la inmunidad de los impulsos desordenados de la concupiscencia. Este es el llamado aspecto moral.
Virginidad del cuerpo, esto es, la integridad física jamás violada por ningún contacto de varón.
El dogma mariano del cual ahora tratamos se detiene a considerar, principalmente, la integridad corporal de Santa María, y así la Iglesia nos enseña que María Santísima:
-Era Vírgen al concebir a Nuestro Señor (antes del parto)
-Fue Vírgen al dar a luz al Señor (en el parto)
-Permaneció Vírgen después del nacimiento de Cristo (después del parto).
La Maternidad Divina de Maria

Esta afirmación no quiere decir que Dios tiene su origen en María, sino que de María salió una persona que es Dios. Ella dio a luz a alguien que es Dios; hombre verdadero y Dios verdadero. El origen de Jesucristo es divino; engendrado del Padre antes de los siglos, desde la eternidad, pero hecho hombre por la encarnación en María. Ella es su madre, y por lo mismo es Madre de Dios, puesto que Jesucristo es Dios.
En la Biblia encontramos varias citas que apuntan a esta realidad mariana; Lucas relata la anunciación del ángel a María (Cf. Lc 1,26-38), donde se establece un diálogo entre ella y el ángel, éste le dice que concebirá un hijo que será llamado Hijo del Altísimo (Lc 1,32).
El Concilio de Efeso, del año 431, siendo Papa San Clementino I (422-432) definió:
"Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema."
El Concilio Vaticano II hace referencia del dogma así:
"Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades" (Constitución Dogmática Lumen Gentium, 66)
Los Dogmas Marianos

Para empezar debemos definir lo que la Iglesia Católica llama dogma de fe, a saber: son aquellas doctrinas que la Iglesia propone para ser creídas como formalmente reveladas por Dios. Los dogmas pertenecen al depósito de la fe de una manera irreversible.
Una doctrina se reconoce como dogma por una de las siguientes razones:
1- Ha sido solemnemente definida como tal por el Magisterio de la iglesia. Esto puede ocurrir en un Concilio Ecuménico o por un pronunciamiento ex cathedra del Papa. (Ejemplo: La Inmaculada Concepción de María)
2- Ha sido enseñada como tal por la Tradición invariable de la Iglesia y no requiere ser proclamada dogmáticamente. (Ejemplo: La condena al aborto)
Negar algún dogma significa negar la misma fe, pues supone negar la autoridad de Dios, que lo ha revelado.